Ayer, día once de noviembre de 2017, acudí a ‘Heroes Comic Con Madrid 2017’. Y, bueno, un evento así podría analizarse de una manera objetiva, claro, pero no me apetece. Porque yo estos eventos voy para vivirlos, para sentirlos y para dejarme pasta. Así que, cómo todos los años, tengo alguna anécdota cachonda, alguna mochila rota y alguna firmita. Así que, comencemos.

Habíamos quedado a las ocho, pasaban a recogerme. Pero al final llegaron media hora tarde. Estaba asustado y nervioso. Asustado porque había gente que ya estaba en la cola desde las SIETE DE LA MAÑANA abriendo el evento a las nueve. Y desde que llevaba despierto, leía mensajes en plan: ‘Fua, hay una cola gigantesca.’ Y, claro, viviendo yo en un municipio colindante a la provincia de Toledo, los 40-45 minutos a Ifema no me los quitaba nadie. Si le añadimos, eso, la media hora tarde, pues ya iba yo asustado. Pero a las ocho y media empezaron a decirme que ya les estaban dejando pasar, así que no me asusté. Pero aumentaron mis nervios. Era la puta Heroes Comic Con, antigua Expocómic, el ritual anual con David. Íbamos a pasarlo bien.

Cuándo nos bajamos del coche, en la puerta del Ifema, comenzamos a andar hacia la entrada. Según me iba acercando a la cristalera, veía a un amigo, a un conocido. Tribustix  estaba allí, esperando en la puerta. Nos paramos un rato a charlar, puesto que estaba esperando a unos amigos y después, Silvia, David y yo, pusimos rumbo al pabellón.

Pasamos la entrada, las cintas del suelo que son cómo escaleras mecánicas que te llevan solas pero en llano y allí estaba. La entrada real. Entramos, David con su cosplay de Spiderman y Silvia con su cosplay de Danger Grrrl. Que, a ver, es mi novia y es mi personaje, pero es increíble lo guapísima que estaba. En cuanto llegamos, fuimos a las tiendas, a pasearnos y a saber dónde estaban las cosas. Y vimos a Román (@vertices_blog en insta), Gustavo (Frikazo Stark en YT) y Jorge (@jorgeperezart en insta) y estuvimos charlando un rato. Después nos separamos y seguimos nuestro camino.

En uno de los paseos que estábamos dando, encontré el stand de Amigo Comics, que me sonaba porque edita las cosas de El Torres en EEUU. Y, joder, no me acordé cuando preparaba los tebeos de las firmas; El Torres estaría firmando. Y así fue. Allí estaba. Así que, aunque ya me quedaban solo 40 pavos o así, gasté 16€ en ‘Las brujas de Westwood’ para que me lo firmara y yo tuviese una excusa para darle una tarjeta de Unexpected Comics. Jé. Tardó un rato, porque estaba currándose unos dibujos en cada cosa que le llevaban suya. Así que fui paciente y la gente de Amigo es muy agradable, porque repartieron chocolatinas en la gente que estábamos en la cola. Éramos pocos para alguien como El Torres, pero bueno. Llegó el turno del chico de delante y, JÁ, se me adelantó, sacó una carpeta de la mochila y le presentó un proyecto al guionista que más tarde ganaría un ‘Carlos Giménez’. Estuvieron hablando y presté atención. Le dio muchos consejos y ánimo. Esperaba lo mismo. Pero cuándo llegó mi turno y le di la tarjeta de Unexpected Cómics, dijo: ‘Tú ya me has enviado cosas, ¿no?’ En ese momento noté mi alma cayéndose al suelo. La primera vez que me reconocen y es porque soy un pesado en Instagram.

Con mi cómic firmado, me reuní con David y Silvia. Me senté un momento para descansar las piernas y fuimos al stand de Norma. Allí, en medio de la gente de estatura media, crecía un helecho de dos metros, cómo poco, y le apodé Víctor (@alguiendeburgos en insta o @VictorDibuja en Twitter). Y, con él, estaba su amigo Jose. Justo cuando le di mi tebeo de El Caballero Luna para conseguir una firmica de Shalvey, apareció Jorge Quill (@EtriganQuill en Twitter), que no lo reconocí al momento, pero acabé saludándole, claro. Es un ser de luz. Silvia, David y yo nos fuimos. Al rato, volvimos a vernos con Víctor y nos pusimos a caminar los cinco, pues iba Jose también. Me entraron ganas de mear, así que les dejé por un segundo y fui al baño. Me puse en los urinarios de pared para hacer mi trabajo. Cuándo, un segundo después, entra un hombre grande, corpulento, cómo yo, y se sitúa en el urinario de mi derecha. Dios. Era el puto Declan Shalvey. Me resistí a mirarle la polla, la verdad. Así que terminé, me lavé las manos y me reuní con el resto de mi SQUAD gritando: ‘Casi le miro la puta polla a Declan Shalvey’.

Después de esto, compras en el artista alley, en la zona de los fanzines y la comida, acompañado todo ello con un rato más de paseo por las tiendas. Total, que nos dieron las cinco. Y, ahora no recuerdo quién, me dijo que Bamf (¿En serio necesita presentación? Bueno, Comic Freaks en YT) ya estaba en la zona de la radio. En ese momento, Gustavo, Román, David, Silvia, Víctor, Jose y yo, pusimos rumbo a aquella zona de fantasía. Y, allí, encorvado, frotándose las manos y riendo cómo un ecuatoriano, estaba él; Bamfo. Realmente no, estaba allí, nervioso. Mi grupo se fue adelantando y yo me quedé detrás, con Silvia. Ellos llegaron al stand y, no sé si por azar del destino o porque había alguien detrás de mí que Bamf reconoció, me señaló y exhaló: ‘Hombreeeee.’ Y yo, nervioso, intenté balbucear algo pero solo se me abrieron los ojos y me quedé callado como un tonto. Cuando empezó a hablar con los primeros de la fila y ya nadie me prestaba atención, dije: ‘Hombre, hola, señor Bamf.’ Pero bueno. Todavía haría el parguela una vez más y aún no tenía yo conocimiento de ello. Justo antes de hablar con él, apareció Ander (@AnderLuque en Twitter) y me saludó, ya tenía una tarjeta de Unexpected porque Silvia se la había dado y él me dio un marcapáginas de su blog, Globos de pensamiento, además de hablar un poquito con él. Otro ser de luz. Volví a darme cuenta de a quién estaba a punto de conocer y mis nervios eran mayores que cuando casi le miro el falo a Declan Shalvey o cuando le di mi tarjeta a El Torres. No sabía que decirle. Hasta que finalmente entablamos conversación y me firmó un print. Cuando llegó la hora de pedirle foto, no solo no se la pedí, si no que cuando me animaron a hacérnosla, dije: ‘No, que me da mucho corte.’ A toro pasao’, pues me arrepiento. Pero #FUA, ¡Qué gran persona¡

Después de eso, poco más en cuanto a anécdotas.  Carlos Gullón, colaborador del este blog, ya sabéis, me consiguió una firma más de Declan Shalvey en mi grapa de All Star Batman con portada alternativa suya. Fabián Nicieza se llevó una tarjeta de Unexpected Cómics y me firmó un tebeo de Masacre en el que él ni aparecía. Compramos David y yo el tebeo de Loulogio y conseguí una firma en mi juego de Dark Souls. Luego ya nos pasamos un rato escuchando los premios Carlos Giménez, nos sentamos y yo traté de completar una colección de cromos de Stranger Things que había en el stand de Netflix.

Cómo conclusión, el mejor año en cuanto a compras fue el 2015, con unos 230 o 240€ en tebeos, es decir, tres mochilas, una de ellas reventada por la cantidad de tebeos, varias bolsas, claro, y un peluche gigante.  El mejor año para las firmas fue el 2016. Pero el mejor año en cuanto a conocer gente y pasármelo bien, ha sido este. Gente genial, anécdotas súperchulas y Unexpected repartiendo tarjetas a diestro y siniestro. La organización de invitados me ha parecido NEFASTA, cayéndose algunxs de lxs más importantes en el último momento, cambiando normas el día de antes, etc. Además de que el tema de los tickets no me ha gustado en absoluto, puede que fuese más organizado que no dándolos, pero al final solo unos pocos o gente con amigos muy buenos ha podido tener firma de algunos. Las tiendas me han parecido muy bastas, había un montón (bastante menos que en Expocómic, pero bastante más que el año pasado) pero con poca variedad y precios no excesivamente baratos en comparación a otros años, aunque con ganguitas y ofertas muy buenas en muchos casos. Y el artist alley y la zona de fanzines han sido una delicia. Mucho stand, muy equilibrado, muy bien llevado y un resultado para el recuerdo. A ver si seguimos así, mejoramos la organización de los invitados y quitamos lo de los tickets.