¿A que adivino?, Más de alguna vez habéis leído poesía y os habéis aburrido de tanto verso y tan poca historia. Habéis acabado dejándolo, a pesar de que de vez en cuando os encontráis dos o tres versos que queréis guardar para vuestro estado de whatsapp, para escribir un tweet con la esperanza de que consiga impresionar a vuestros seguidores, para poner como leyenda en una imagen de Snapchat o Instagram, o simplemente para alguna que otra felicitación de cumpleaños. 

 

Pues bueno, os contaré un secreto, a la mayoría de las personas les pasa eso, la poesía no está hecha para todos. Por esto mismo que acabo de contaros decidí leer este cómic que os estoy recomendando en el día de hoy. 14806702997685.jpg

Lorca siempre me había parecido un poeta interesante, desde fuera claro, porque nunca había ojeado nada de él, y la idea de leer poemas sobre Nueva York escritos cuando la ciudad que se considera el centro del mundo se encontraba en pleno auge me llamaba bastante la atención. Lo compré sin ninguna esperanza de acabarlo, a pesar de su brevedad, pero me llevé una sorpresa, el cómic está lleno de versos e incluso poemas del libro de Lorca sobre Nueva York, y además tiene esa trama argumental, sobre sus experiencias allí y como va descubriendo los barrios más conocidos de la ciudad, que te hace seguir leyendo para descubrir más sobre esa época.

 

Otra cosa que me ha gustado del cómic es que está subdividido en capítulos cortos, un total de 12, que puedes ir leyendo a ratos, cuando te apetezca una lectura un poco más extrasensorial de lo habitual. Sus 160 páginas se leen en un santiamén, pero tienen esa complejidad oculta que te permite releerlas una y otra vez, para intentar deshilachar hasta la más mínima viñeta. 

 

A lo largo del cómic nos damos cuenta de como van aclarándose los tonos, comenzando con un negro intenso predominante en las viñetas y finalizando con unos tonos grises y blancos en la mayor parte de la página.

 

En definitiva, es una gran obra para todos aquellos amantes de la poesía y de Lorca, pero también para aquellas personas que no han leído nada de poesía porque, simplemente, nunca les ha apetecido.